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Camprodon está situado en el Pirineo de Girona, en la comarca del Ripollès. Ocupa el llamado valle de Camprodon, al nordeste de la comarca. Su paisaje incluye desde prados alpinos hasta bosques de encinas, pasando por abetales, hayedos y robledales.
En el centro del pueblo confluyen los ríos Ter y Ritort. Su monumento más conocido es el puente medieval del siglo XIV, llamado Pont Nou, con un gran arco sobre el Ter y otro pequeño sobre la calle que discurre paralela al río. Sobre el puente hay una torre defensiva con una puerta fortificada, el Portal de Cerdanya.
El monasterio románico de Sant Pere fue fundado por el conde Guifré II de Besalú, en el siglo X. Su abad dio lugar al nacimiento de la villa, cuando ordenó entre los siglos X y XI la construcción de la iglesia de Santa Maria, para dar servicio a las personas que habían empezado a levantar casas en la zona. La actual iglesia, gótica del siglo XIV, guarda las reliquias de Sant Patllari, patrón de la villa, que habían estado en el monasterio, del cual actualmente solo queda la iglesia. Frente a los dos templos se encontraba el antiguo hospital, donde hoy en día hay una plaza con un monolito que recuerda el nacimiento del compositor Isaac Albéniz en el pueblo, en 1860. Su casa natal de Isaac Albéniz es actualmente un museo, con objetos personales y mobiliario de la época.
Monasterio de Sant Pere
El convento del Carme fue fundado en 1352, y acogió el concilio provincial del orden del Carmen de 1399. Sirvió como modelo para el convento carmelita de Olot, del siglo XVI. A medio camino entre el convento y el Pont Nou se encuentra el edificio del Ayuntamiento, de estilo gótico civil catalán.
En la capilla del Roure se solía celebrar una misa en la fiesta de la Vírgenes halladas (8 de septiembre). El desarrollo urbano de Camprodon hizo que la capilla se trasladase, piedra, a piedra, hasta su ubicación actual, pues antes se encontraba dentro del núcleo. Fue consagrada por el obispo de Vic el 8 de septiembre de 2011.
Capilla del Roure
Capilla del Roure
En la cima de una montaña cubierta de hayedos, a 1.345 metros de altitud, se levanta la ermita de Sant Antoni, que cuenta con una zona de pícnic y con una vista panorámica del valle. Se celebra allí una romería cada 13 de junio.
Ermita de Sant Antoni
Vistas desde la ermita de Sant Antoni
En la colina del Castell se hallaba el castillo de Camprodon. Actualmente solo queda de él la muralla, pues fue arrasado por el duque de Vilaformosa, virrey de Catalunya, durante la guerra de Secesión. Camprodon fue ocupada por las tropas francesas del duque de Noailles, que dañaron la fortaleza y, cuando fue recuperada por el lugarteniente, la voló. La importancia militar de Camprodon terminó entonces, a pesar de lo cual durante la guerra Gran, en 1794, el general francés Dagobert volvió a ocupar la villa y la quemó; un total de 128 casas quedaron destruidas o dañadas, así como las iglesias, que fueron profanadas. Junto a la muralla del castillo está la Torre del Reloj, construida en 1761.
Durante el siglo XIX la villa se vio afectada por las guerras carlistas, y a partir de 1870 llegó la industria textil, atraída por la fuerza hidráulica del Ter. La primera fábrica fue la de Ignasi Casabò. Más tarde se construyó la de Antoni Matabosch i Fills i Soler, erigiéndose una gran colonia para los trabajadores, con viviendas, iglesia y tiendas. Aún perdura con el nombre de Colònia Estabanell, ya que en 1923 la adquirió la Sociedad Estabanell y Pahissa, que construyó una central hidroeléctrica para llevar energía eléctrica hasta Granollers. La electricidad en Camprodon llegó gracias a la fábrica Casabò, en 1895.
En el pueblo son notables los embutidos y las galletas Birba, dos productos cuya manufactura complementa y diversifica la base económica de la villa, centrada especialmente en la agricultura, la ganadería bovina y en las industrias textil y de la madera.
En 1892, la construcción de una carretera nueva desde Sant Joan de les Abadesses hizo posible la llegada de un fenómeno que hoy es la principal fuente económica de todo el valle: el turismo. Camprodon se puso de moda entre las familias acomodadas de Barcelona, atraídas por el paisaje y el frescor del clima. Fue uno de sus impulsores el doctor Robert, quien fue alcalde de la capital. Estos veraneantes levantaron residencias muy notables, algunas de ellas modernistas, sobre todo en el paseo Maristany.
Alrededor de Camprodon se hallan numerosas fuentes, y una ruta pasa por las más importantes. El municipio incluye también los núcleos de Beget y Rocabruna.
La leyenda de Sant Patllari
Las reliquias de Sant Patllari (San Paladio) se hallaban en Embrun, pueblo de los Alpes franceses. Según la leyenda, unos frailes benedictinos las robaron para traerlas a España. Las escondieron en un barril que cargaron sobre un asno. Al pasar por Camprodon, el animal se detuvo y no podían moverlo de allí. Golpeó el suelo con sus patas tres veces, apareciendo al instante tres surgencias de agua, naciendo así la fuente de Sant Patllari. El asno volvió a andar hasta llegar al monasterio de Sant Pere, donde paró. Actualmente las reliquias del santo se pueden ver en la iglesia de Santa Maria.
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